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Se enfoca en respirar lenta y profundamente desde el diafragma para reducir la ansiedad y promover la relajación muscular (American Psychological Association, 2020).
Implica inhalar durante 4 segundos, mantener la respiración durante 7 segundos y exhalar durante 8 segundos, lo que ayuda a calmar el sistema nervioso y promover la relajación (Harvard Health Publishing, 2019).
Involucra la respiración a un ritmo específico para sincronizar la actividad cardíaca y la respiración, reduciendo así la ansiedad y el estrés (Lehrer et al., 2000).
Consiste en inhalar lentamente, sosteniendo la respiración por unos segundos y luego exhalando suavemente, lo que puede reducir la frecuencia cardíaca y promover la relajación general (Harvard Health Publishing, 2019).
Este método implica cerrar una fosa nasal mientras se inhala, luego cambiar y cerrar la otra fosa nasal mientras se exhala, lo que equilibra los hemisferios cerebrales y reduce el estrés (Nagendra & Nagarathna, 2003).
Se combina con la relajación progresiva, donde se inhala mientras se tensan ciertos grupos musculares y se exhala mientras se relajan, lo que ayuda a liberar la tensión acumulada en el cuerpo (Maddux & Rogers, 1980).
Meditación de atención plena (mindfulness): Involucra la concentración en la respiración y en el momento presente, lo que puede reducir la rumiación y mejorar la respuesta al estrés (Creswell & Lindsay, 2014).