Cuénteles lo importante que es para usted poder compartir sus sentimientos con ellos y que no busca con eso una respuesta o solución a su dolor, sino que únicamente necesita a alguien que le escuche y le dé un abrazo.
Permítase liberar estos sentimientos sin vergüenza, hablar sobre su pérdida y recordar las anécdotas que le unían al ser querido.
Está bien llorar, enojarse e inclusive gritar cuando necesite desahogarse. No se juzgue por tener sentimientos que parecen inapropiados.
Si siente que en sus seres queridos no encuentra la contención que necesita o no se siente cómodo hablando con ellos sobre su duelo, no tiene que sentirse presionado a hacerlo. Busque otras herramientas o personas que le permitan expresar libremente sus sentimientos.
Puede escribir en un diario en donde hable no sólo sobre su proceso de duelo y los recuerdos que conserva de quien ha fallecido, sino también sobre los pequeños detalles del día que le han reconfortado el alma.
