Da clic sobre las flechas para descubrir la información.

Examen diario de la piel e higiene

La observación directa y diaria del cuidador o cuidadora al realizar las actividades de la higiene personal del estado de la piel, comunicando a la enfermera correspondiente cualquier lesión o duda al respecto, es uno de los pasos más importantes para prevenir las UPP o abordarlas en las primeras fases.

Debemos revisar zonas enrojecidas después de estar un rato sin apoyo, rozaduras, pequeñas heridas, ampollas, zonas húmedas y pliegues.
En cuanto a la higiene se refiere, la piel deberá mantenerse permanentemente limpia y seca. Se procederá al aseo diario con agua templada, jabón neutro, aclarado adecuado y secado meticuloso sin frotar.

Cambios posturales

Teniendo en cuenta que la causa principal de la aparición de la UPP es la presión mantenida sobre un mismo punto de la piel, es fundamental que se hagan rotaciones de los puntos de apoyo de la persona que permanece en cama o sentada, de forma periódica y programada.
En personas encamadas, cada 2-3 horas. En sedestación cada hora; si es independiente para ello, cada 15-30 minutos, moviéndose para descargar el peso de las nalgas.

Movilización

Movilización adecuada, para favorecer la buena circulación de las diferentes zonas y evitar las rigideces articulares. En el caso de las personas capaces deberemos aprovechar su capacidad de movimiento, facilitando y fomentando su actividad física. En caso de personas sin movilidad, debemos realizar movilizaciones pasivas de las articulaciones, aprovechando los cambios posturales, de forma que se haga todo el recorrido de la articulación, sin llegar a producir dolor. Estos movimientos se realizan tres o cuatro veces al día.

Alimentación

La alimentación de la persona debe ser rica y variada, teniendo en cuenta los gustos y preferencias, así como las posibles limitaciones que encontremos en el mismo (dificultad para tragar, dentadura, etc) Deben proporcionarse diariamente proteínas (carne, huevo pescado, leche y derivados), vitaminas de frutas y verduras y una ingesta de líquidos adecuada (entre 1’5 y 2 litros).