El ácido sulfúrico presente en las baterías es un elemento acuorreactivo, es decir tiene la tendencia de generar incrementos bruscos de temperatura al entrar en contacto con el agua.
Tal incremento de temperatura debe considerarse también una posible fuente de ignición, por tal razón esta variable debe ser controlada constantemente de manera visual. El uso de detectores de temperatura constituye una herramienta vital de control.
Las baterías de plomo al contener dentro de sus celdas ácido sulfúrico, es común que con solo dejarlas en reposo ese ácido se degrade lentamente desprendiendo gas de hidrógeno en el proceso. El hidrógeno en el ambiente, al contacto con algún tipo de chispa o fuente térmica puede generar explosión o ignición, por lo anterior el cuidado de la ventilación es primordial así como el controlar el nivel de inventarios a mínimos posibles.
De igual manera las batería de litio y de otros elementos alcalinos tienen la tendencia a explotar al entrar en contacto con chispas dadas sus propiedades químicas.
Las baterías deben almacenarse sobre estantería metálica para trabajo pesado y deben estar a una distancia superior a 30cm del suelo a fin de evitar que en caso de una inundación el contacto con el agua ocasione reacciones exotérmicas.